sábado, 5 de marzo de 2011

TEORIA DEL INTERCAMBIO

Homans y Durkheim


Homans (1969) se enfrentó a los funcionalistas estructurales atacando directa
y abiertamente la obra de Emile Durkheim en tres aspectos: la cuestión de
la emergencia, su idea de la psicología y su método de explicación. Homans
admitía la idea de Durkheim de que durante la interacción emergían nuevos
fenómenos. Juzgaba aceptable esta idea para los conductistas sociales.
Sin embargo, ¿cómo podemos explicar lo que emerge de la interacción? Homans
adoptó la postura de que no se requiere ninguna proposición nueva aparte
de las que se refieren a la conducta individual. Afirmó que «todos los ejemplos
normales de fenómenos sociales emergentes pueden explicarse fácil y rápidamente
partiendo de proposiciones psicológicas» (Homans, 1969: 14). Así, mientras
Durkheim pensaba que las formas emergentes sólo podían explicarse en ténninos
sociológicos, Homans creía que sólo podía hacerse mediante principios
psicológicos.
Homans señaló correctamente que la psicología que conoció Durkheim cuando
escribió su obra a finales del siglo XIX era una psicología primitiva. La psicologia
de los tiempos de Durkheim se centraba principalmente en las formas instintivas
de la conducta y presuponía que todos los individuos tenían la misma
naturaleza humana. Así, Durkheim estaba en lo cierto al emprender la tarea de
separar la sociología de la psicología de su época. «La sociología no es, ciertamente,
un corolario del tipo de psicología que Durkheím conoció» (Homans,
1969: 18). Sin embargo, la psicología contemporánea es mucho más compleja y
sofisticada que la de los tiempos de Durkheim; que Durkheim lograse en su
época separar la psicologia de la sociología no significa que esa hazaña pueda
realizarse actualmente.
Finalmente, Homans atacó a Durkheim por su método de explicación. Homans
señaló que para Durkheim algo quedaba explicado una vez identificada su
causa o causas. Específicamente, un hecho social quedaba explicado cuando
identificábamos los hechos sociales que lo causaban. Homans admitía que Jos
hechos sociales suelen ser la causa de otros hechos sociales, pero este hallazgo
no constituia para él una explicación. Desde su punto de vista, 10 que habia que
explicar era la relación entre causa y efecto, por qué un hecho social causa otro
hecho social. Homans pensaba que esa explicación habia de ser inevitablemente
psicológica. (Debe advertirse que cuando Homans utiliza el término psicológico
lo que quiere decir es conductista: ida conducta del hombre como hombre
», en sus propios términos.) La explicación de Homans de una causa y un
efecto históricos es reveladora:
La elevación de precios del siglo XVI, considerada por mí como un hecho social,
constituyó ciertamente una causa detenninanle del movimiento de los cercamientos
entre los propietarios ingleses. Pero si nuestra intención es construir una explicación
de por qué 'esta causa particular tuvo su efecto particular, debemos decir que
la elevación de los precios supuso para los propietarios ingleses una gran oportunídad
tanto de obtener ganancias económicas como de correr enormes riesgos de
pérdidas, que los cercamientos tendían a aumentar las ganancias y a impedir las
pérdidas, que los propietarios identificaban estas ganancias como una recompensa
(lo cual puede considerarse, si se quiere, un estado de la conciencia individual) y,
finalmente, que [os hombres suelen emprender acciones cuyos resultados se espera
quesean gratificantes,proposiciónque constituyeuna proposiciónpsicológicageneral,
algo que no puedo repetir con demasiada frecuencia.
(Homans, 1969: 19)
En consecuencia, las respuestas individuales (la conducta) siempre intervienen
entre los hechos sociales. Homans afirmaba que los hechos sociales
conducían a respuestas individuales que, a su vez, conducían a nuevos
hechos sociales. Sin embargo, el factor esencial es la conducta, no el hecho
social.



Homans y Lévi-Slrauss
Homans no sólo reaccionó contra Durkheim, sino también contra quienes seguían
la tradición durkheimiana. Peter P. Ekeh (1974) ha afirmado que la orientación
de Homans se desarrolló directamente como una reacción contra la obra
del antropólogo neodurkheimiano Claude Lévi-Strauss (Homans y Schneider,
1955). De hecho, contra lo que reaccionó Hornans fue contra la versión neodurkheimiana
de la teoría del intercambio de Lévi-Strauss. (Estudiaremos un aspecto
muy diferente de la teoría de Lévi-Strauss en el Capítulo 9.) Comprenderemos
mejor la teoría del intercambío de Homans si examinamos su reacción
contra la orientación de Lévi-Strauss.



La postura básica de Ekeh es que la teoría del intercambio se derivó de dos
tradiciones «incompatibles». Por un lado, Lévi-Strauss (1949) desarrolló su perspectiva
de la teoría del intercambio dentro de la tradición colectivista francesa,
cuyo principal exponente era Durkheim. Por otro lado, Homans era heredero de
la tradición individualista británica, cuyo representante principal era "Herbert
Spencer. Dadas las marcadas diferencias entre estas orientaciones, no es sorprendente
que Lévi-Strauss y Homans tuvieran imágenes completamente distintas
de la teoría del intercambio. Desde el punto de vista de Ekeh, Lévi-Strauss
fue el primero que desarrolló su orientación, y Homans formó Sus propias ideas
como reacción al intrincado colectivismo en la obra de Lévi-Strauss.
Atacando las ideas de Lévi-Strauss, Homans se creía luchando contra
una versión nueva de la teoría durkheimiana, contra su enfoque sobre las
colectividades y su tendencia a considerar no esencial al individuo. Homans
calificaba la obra de Durkheim (y, por tanto, la de Lévi-Strauss) de asalto a
«uno de los supuestos implícitos de la tradición intelectual occidental, la noción
de que la naturaleza de los individuos determina finalmente la naturaleza de
la sociedad» (1962: 8). Homans dijo del funcionalismo durkheimiano y de su
énfasis en las funciones de los hechos sociales para la sociedad en su conjunto:
«Recelé de él desde el principio sin saber por qué. Ha sido una astilla
clavada en mi piel que me ha costado trabajo y tiempo sacan) (1962: 23). Y
Homans logró sacarse la «astilla» del funcionalismo principalmente mediante
su crítica a la teoría del intercambio neodurkheimiana de Lévi-Strauss: «La
lectura de Lévi-Strauss... agotó finalmente su paciencia ante el funcionalismo
de tipo durkheimiano» (Ekeh, 1974: 88).
Durkheim veía al actor constreñido por los hechos sociales, especialmente
I por la conciencia colectiva, pero Lévi-Strauss fue más lejos aún, porque creía
en un inconsciente colectivo, enterrado en las capas más profundas del hombre
y desconocido por los propios actores. Desde el punto de vista de Homans, esta
idea era aún más constrictiva, perniciosa y mistíficadora que las ideas de Durkheim
sobre la conciencia colectiva y los hechos sociales. Como Ekeh señaló: «En la
obra de Lévi-Strauss se asigna al individuo mucha menor importancia en los
procesos sociales que en la sociologia de Durkheim» (1974: 42). Con estas
ideas en mente, pasemos a continuación a esbozar la teoría del intercambio de
Lévi-Strauss y, lo que más nos importa aquí, la reacción crítica de Homans
contra ella.


De acuerdo con Ekeh, Lévi-Strauss construyó su teoría del intercambio sobre
dos supuestos básicos. Primero, pensaba que el intercambio social constituye
un proceso dístintivamente humano del que los animales inferiores no son
capaces. De aquí se sigue que no podemos comprender el intercambio humano
basándonos en la conducta de los animales no racionales. Los humanos son
.capaces de realizar una acción culturalmente dirigida, mientras 10s animales
inferiores pueden sólo responder de forma natural. Asimismo, Lévi-Strauss creía
que los actores eran capaces de una acción creativa y dinámica, mientras los
animales se conducían de manera estática. Homans reaccionó señalando que
no había una distinción clara entre los animales inferiores y los humanos. Por
tanto, rechazaba todas las ideas de Lévi-Strauss sobre la especificidad de la
conducta humana.
Segundo, Lévi-Strauss rechazaba la idea de que el intercambio humano pudiera
explicarse en términos del interés individual. No negaba la posible implicación
de éste, pero afirmaba que no era suficiente para el mantenimiento de las relaciones
sociales basadas en el intercambio. Lévi-Strauss afirmaba que el intercambio
social se mantenía por obra de fuerzas supraindividuales; es decir, fuerzas
colectivas, culturales. Lévi-Strauss consideraba que el intercambio humano
era más simbólico que basado en el interés individual.
La sociedad desempeña diversos papeles en el proceso de intercambio. Allí
donde hay escasez, la sociedad debe intervenir para proporcionar reglas de conducta
apropiadas que impidan la conducta humana destructiva. En algunas situaciones
el intercambio social puede explicarse en términos de las expectativas
sociales antes que por los beneficios que reciben los implicados en el
intercambio. Este se realiza con el fin de inhibir el desarrollo de sentimientos
negativos fragmentadores. Por ejemplo, las personas ofrecen .un banquete de
bodas más por tratarse de una costumbre que por el beneficio que suponen los
regalos que se hacen. Finalmente, pueden desarrollarse costumbres en las que
uno se sienta obligado a corresponder a la acción de otro no devolviéndosela,
sino recompensando a una tercera parte. Por ejemplo, en lugar de corresponder
a los padres por todo lo que han hecho, los hijos pueden entregar prestaciones
similares a sus propios hijos. En general, Lévi-Strauss veía un sistema moral de
intercambio más que el funcionamiento del interés individual.


Por supuesto, Homans rechazaba todas estas ideas. Se centró principalmente
en los intercambios entre dos partes más que en formas societales de intercambio
más complejas como el ejemplo anterior de los padres y los hijos. Y
también rechazaba la importancia asignada al sistema moral, afirmando que la
base del intercambio humano residía en el interés individual fundamentado en
una combinación de necesidades psicológicas y económicas.

Homans y el funcionalismo estructural


Además de estos ataques especificos contra Durkheim y Lévi-Strauss, Homans
arremetió también contra la explicación funcionalista estructural de las instituciones,
definidas por él como «pautas relativamente persistentes de conducta
social a cuyo mantenimiento contribuyen las acciones de muchos hombres»
(1969: 6). Afirmaba que en el análisis de las instituciones se habían utilizado
cuatro tipos de explicación; las dos que él rechazaba guardan relación con el
funcíonalismo estructural.
El primer tipo de explicación es estructural y mantiene que una «institución
determinada existe debido a su relación con otras instituciones de un sistema
social» (1969: 6). Para Homans,la afirmación de que ciertas instituciones están
relacionadas con otras no las explica. El segundo tipo de explicación esfuncional
y sostiene que <da institución existe porque la sociedad no podría sobrevivir
o mantenerse en equilibrio sin ella» (Homans, 1969: 6). Esta es una forma vulgar
de explicación funcional que ignora los trabajos modernos sobre el tema,
como el de Robert Merton (19491l968). Una vez calificada la explicación funcional
de inconsistente, Homans la atacó:
El problema de la explicación funcional en sociología no es una cuestión de principios,
sino de práctica. De la proposición general típicamente funcionalista deducimos
la conclusión lógica de que una sociedad fracasa si no posee instituciones
del tipo x, sea cual sea este tipo. Pero hay sociedades en el mundo -unas pocasque
no han sobrevivido. De algunas de estas sociedades disponemos de información
sobre su organización social antes de que desaparecieran, y se puede descartar que
no poseyeran instituciones de tipo .r. Si estas sociedades fracasaron, no se debió a
que careciesen de instituciones sociales, a menos que la lucha contra el sarampión
y el alcohol constituyan una institución. Es decir, hay escasa e inadecuada evidencia
que pruebe la veracidad de las proposiciones generales del funcionalismn.iy
después de todo, la veracidad es lo que importa. Las dificultades pueden superarse
y se pueden construir mejores enunciados acerca de las condiciones de supervivencia
y equilibrio de cualquier sociedad, de las que extraer conclusiones verdaderas.
Pero a pesar de los enormes esfuerzos que se realizan, nada hay de esta perspectiva.
Cualquiera que sea su estatus en lo relativo a sus principios, la explicación funcional
en sociología es virtualmente un fracaso en la práctica.
(Homans, 1969: 9)
Si Homans hubiera escogido el paradigma funcional de Merton como blanco,
en lugar de una forma vulgar de funcionalismo que ningún funcionalista
contemporáneo apoyaría, podríamos considerarlo con mayor seriedad. Como
apuntó hacia blancos fáciles, Homans logró concluir con facilidad que la explicación
estructural no constituye, en ningún caso, una explicación, y que la explicación
funcional es insatisfactoria, puesto que lleva tanto a conclusiones verdaderas
como falsas.


Homans (1969) utilizó la etiqueta de histórica para distinguir el tercer tipo
de explicación de las instituciones. Esta explicación considera la institución
como el producto final de un proceso histórico. Curiosamente, pensaba que la
explicación histórica era, en lo fundamental, una explicación psicológica, su
cuarto tipo de explicación. Consideraba ubicuo el cambio institucional y creía
que su estudio era de la mayor importancia para la sociología. Cuando hacemos
correctamente un análisis histórico, llegamos a la conclusión de que la explicación
de este cambio reside en el nivel psicológico:
Todas las instituciones humanas son productos de procesos de cambio histórico.
De hecho, la mayoria de las instituciones cambian continuamente. Cuando disponemos
de suficiente informaciónsobre los hechos, algo que no suele ocurrir, incluso
cuando comenzamos a explicar un cambio histórico y cuando intentamos construir
las principales premisas de nuestros sistemas deductivos, hallamosque existen
ciertas premisas cuyo uso no podemos evitar, y que estas premisas no son proposiciones
sobre las interrelaciones de las instituciones ---como en el caso de la explicación
estructural-, o proposicionessobre las condiciones para la supervivencia
de las sociedades---como en la explicación funcional-, sino... proposicionessobre
la conducta de los hombres como hombres... Es decir, son proposiciones psicológicas:
historia y psicología son idénticas en lo relativo a sus premisas fundamentales.
(Homans, 1969: 11)


En suma, Homans señaló que a los sociólogos correspondía la tarea de explicar
el cambio institucional, pero que toda exlicación del cambio debía ser, en
lo fundamental, psicológica. Homans ilustr6 esta idea con la introducción de la
maquinaria mecánica en la industria textil inglesa en el siglo XVIII. Acentuó la
importancia sociológica de este evento debido a que constituyó uno de los primeros
pasos de la Revolución Industrial, que condujo a la aparición de muchas
de nuestras instituciones contemporáneas. Partió del aumento de las exportaciones
de algodón inglés en el siglo XVIII:
[Estol condujo a un aumento de la demanda de la producción de hilo de algodón
por parte de los empresarios industriales, una demandaque no podía cubrirse debido
a la fuerza de trabajo existente, hilanderos que hilaban en tomos de mano, de
modo que los salarios de los hilanderos comenzaron a aumentar amenazando así
con la elevación del precio de la ropa y frenando de esta manera la expansión del
mercado.
(Homans, 1969: 10)


Pare evitar esta subida salarial, el aumento de los costes y de los precios y la
reducción del mercado, los empresarios de la industria textil, que ya conocían la
aplicación de máquinas mecánicas en otras industrias, desarrollaron máquinas
mecánicas hidroalimentadas o de vapor que pudieran hilar varios hilos a la vez.
Motivados por el aumento de las ganancias, muchos intentaron desarrollar este
tipo de máquinas y algunos lo lograron.
Homans afirmaba que este proceso podía reducirse a un sistema deductivo
que explicaba la acción que emprendieron los empresarios. Este sistema deductivo,
basado en principios psicológicos, era como sigue:
1. Los hombres suelen emprender acciones que piensan que probablemente
producirán, en circunstancias dadas, resultados gratificadores.
2. Los empresarios eran hombres.
3. Como empresarios, lo más probable es que buscaran obtener un aumento
de recompensas ventajosas para ellos (Homans, 1969).

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