martes, 11 de enero de 2011

INTEGRACION SOCIOLOGICA




Integración acción-estructura


Paralelamente a la creciente preocupación que se da en los Estados Unidos por
la integración macro-micro, en Europa se ha desarrollado el interés por la integración
acción-estructura. Al igual que el problema macro-micro se sitúa en
el centro de la teoría en los Estados Unidos, Margaret Archer (1988) considera
el tópico acción-estructura como el interés básico de la teoría social europea.


Aunque existen muchas semejanzas entre la literatura micro-macro y la referida
a la acción-estructura, se dan también importantes diferencias entre ellas.
Por ejemplo, mientras los agentes suelen considerarse como actores en un nivel
micro, colectividades como los sindicatos también pueden ser agentes. Y míentras
las estructuras suelen ser consideradas como fenómenos macro, podemos
encontrar también estructuras en el nivel micro. Así, debemos ser cautelosos a
la hora de equiparar estos dos cuerpos de trabajo y también al intentar interrelacionarlos.


En el área de la teoría social europea contemporánea se han producido cuatro
grandes líneas de trabajo que pueden agruparse bajo el encabezamiento de
la integración acción-estructura. La primera es la teoría de la estructuración de
Anthony Giddens (1984). La clave del planteamiento de Giddens es que contempla
la acción y la estructura como una «dualidad». Es decir, no pueden ser
separadas: la acción está involucrada en la estructura y viceversa. Giddens se
niega a creer que la estructura es simple constricción (como creía Durkheim), y
la ve, a la vez, como constrictiva y permisiva. Margaret Archer (1982) rechaza
la idea de considerar la acción y la estructura una dualidad y las ve más bien
como un dualismo. Es decir, la acción y la estructura pueden y deben ser separadas.


El análisis de las diferencias entre ellas nos permitirá estudiar mejor su
relación. Archer (1988) también destaca por ampliar la literatura de la acción y
la estructura al análisis de la relación entre cultura y acción.Mientras Giddens y Archer son británicos, la tercera figura principal contemporánea
relacionada con la literatura de la acción y la estructura es el fran
cés Pierre Bourdieu (1977). En la obra de Bourdieu la cuestión acción-estructura
se traduce en una preocupación por la relación entre el habítus y el campo de
acción. El habítus es una estructura mental o cognitiva intemalizada mediante
la cual la gente se maneja en el mundo social. El habítus produce la sociedad de
la misma manera que la sociedad produce el habitus. El campo de acción constituye
una red de relaciones entre posiciones objetivas. La estructura del campo
de acción constriñe a los actores, ya sean individuos o colectividades. La preocupación
principal de Bourdieu es la relación entre habítus y campo de acción,
que él concibe como una una relación dialéctica.
El último teórico importante de la vinculación acción-estructura que vamos
a tratar someramente es el alemán Jurgen Habermas. Ya le hemos mencionado
como un importante pensador contemporáneo enmarcado en la teoria crítica.
Ensu obra más reciente, Habermas (1987) ha tocado la cuestión acción-estructura
bajo la expresión de «la colonización del mundo de la vida». El mundo de
la vida constituye un rnícromundo donde las personas interactúan y se comunican.
El sistema tiene sus raíces en el mundo de la vida, pero al final desarrolla
sus propias características estructurales. A medida que estas estructuras adquieren
más independencia y poder, ejercen más y más control sobre el mundo
de la vida. En el mundo moderno el sistema llega a «colonizan) el mundo de la
vida, es decir, a ejercer su control sobre él.


Síntesis teóricas

El movimiento hacia la integración de los niveles micro y macro y de la acción
y la estructura comenzó en la década de los ochenta y se afianza en el decenio
de 1990. Aquel movimiento ha sentado las bases para un desarrollo más amplio
hacia la sintesis teórica que se ha puesto en marcha a principios de los noventa.
Es este un enorme esfuerzo por sintetizar dos o más teorías diferentes (por
ejemplo, el
historia de la teoría sociológica siempre se han producido intentos de este tipo.
No obstante, existen dos aspectos distintivos de estos nuevos trabajos de síntesis.
Primero, no constituyen intentos aislados de síntesis, sino que están muy
extendidos. Segundo, la meta es, en general, lograr una síntesis relativamente
reducida de ideas teóricas, y no el desarrollo de una gran teoría sintética que
abarque toda la teoria sociológica.

Dentro del funcionalismo estructural, hemos hablado del nacimiento del
neofuncionalismo (Alexander, 1985; Alexander y Colomy, 1985; Alexander y
Colomy, 1990; Colomy, 1990a). El objetivo del neofuncionalismo es superar
muchas de las limitaciones del funcionalismo estructural incorporando ideas
derivadas de una amplia serie de otras teorías. Alexander y Colomy consideran
que este esfuerzo supone una reconstrucción del funcionalismo estructural, y
por ello requiere una nueva denominación, neofuncionalismo, para diferenciar
a este nuevo enfoque teórico de su predecesor.


El interaccionismo simbólico está experimentando una drástica trasnformación
ya que, en palabras de Fine, se ha «compuesto una teoria a partir de fragmentos
de otros planteamientos teóricos» (1990: 136-137). Así, los interaccionistas
simbólicos toman prestadas ideas de la sociología fenomenológica, de la
teoría feminista y de la teoría del intercambio, entre otras. Además, se está
redefiniendo a pensadores importantes de la historia del interaccionismo simbólico
como Mead y Blumer como teóricos más sintéticos e integradores.
En el ámbito de la teoría del intercambio encontramos desde hace tiempo
obras integradoras y sintéticas como Exchange and Power in Social Lífe [Intercambio
y poder en la vida social] (1964). Recientemente se dedica cada vez
más atención a la obra de Richard Emerson (1972a; 1972b) y a la de sus discípulos,
en especial a la de Karen Cook (1987a). Emerson comenzó centrándose en los
principios del conductismo, pero posteriormente se esforzó por vincularlos a la
estructura social y a las relaciones de intercambio social. Y más recientemente
aún, Cook, O'Brien y Kollock (1990) han llegado a definir la teoría del intercambio
en términos inherentemente integradores y a sintetizarla con ideas derivadas
de otras teorías como el interaccionismo simbólico y la teoría de redes.


Un desarrollo relativamente nuevo e intrínsecamente integrador en la teoría
sociológica es el nacimiento de la teoría social posmodemista (Baudrillard, 1983;
Harvey, 1989; Lyotard, 1984; Kellner, 1990a, 1990b). Esta teoría se basa en la
idea de que en los últimos años hemos pasado de una sociedad moderna a otra
posmoderna. Mientras que la sociedad moderna era altamente racional y rígida,
la sociedad posmoderna se considera más irracional y flexible. Ha surgido una
nueva teoría de la posmodernidad al objeto de analizar este diferente tipo de
sociedad. Esta teoría es inherentemente integradora en el sentido de que extrae
ideas de una amplia gama de disciplinas: la filosofía, la teoría cultural y la
teoría social, entre otras. Además, los teóricos de la posmodernidad rechazan la
idea del desarrollo de una única y gran teoría global o, como lo denominan, de
un «metadiscurso». Los posmodernistas defienden más bien esfuerzos sintéticos
específicos más reducidos del tipo de los que se han venido realizando en el
ámbito de la teoría sociológica a principios de los años noventa.


La teoría posmarxista incluye tres desarrollos teóricos sintéticos. El primero
es el marxismo analítico, que se esfuerza por aplicar los métodos habituales de
la filosofía analítica y la ciencia social a temas marxistas tradicionales. Así, por
ejemplo, varios teóricos (Roemer, 1986; Elster, 1985) emplean las ideas de la
teoría de la elección racional para analizar cuestiones marxistas. Otros (por
ejemplo, Wright, 1985) emplean los métodos de la sociología ortodoxa para
analizar problemas como las clases. El segundo lo integran un conjunto de marxistas
posmodemos (por ejemplo, Laclau y Mouffe. 1986; Jameson, 1984; Harvey,
1989), que toman ideas prestadas de la teoría de la posmodernidad y las conjugan
con aspectos de la teoria marxista tradicional. Finalmente se encuentra la obra
de Bowles y Gintis (1986), cuyo objetivo es integrar la teoria marxista y la
liberal.


funcíonalismo estructural y el interaccionismo simbólico). En la


Una parte considerable de los trabajos más recientes en el área de la teoría
sociológica estadounidense se han ocupado de la vinculación entre las teorías
micro y macrosociales y los niveles micro y macro de análisis. De hecho, ya he
señalado (Ritzer, 1990a) que la vinculación micro-macro surgió como una problemática
central en la teoría sociológica estadounidense durante la década de
los años ochenta y continúa teniendo relevancia en los años noventa.


Hay algunos ejemplos recientes de los esfuerzos realizados por vincular los
niveles micro y macro de análisis y/o las teorías micro y macro. Yo mismo
(Ritzer, 1979;1981a), intenté desarrollar un paradigma sociológico integrado
que ajustara los niveles micro y macro tanto en su forma objetiva como subjetiva.
Así, en mi opinión, existen cuatro principales niveles de análisis social que
deben analizarse de un modo integrado: macro-subjetividad, macro-objetividad,
micro-subjetividad y micro-objetividad. Jeffrey Alexander (1982-83) ha
creado una «sociología multidimensional» que analiza, al menos en parte, un
modelo de niveles de análisis que se aproxima mucho al modelo desarrollado
por Ritzer. Alexander (1987) basa el desarrollo de su modelo en el problema del
orden -que se considera que tiene niveles individual (micro) y colectivo (macro)---
y el problema de la acción, que se supone que cuenta con un nivel materialista
(objetivo) e idealista (subjetivo). A partir de esos dos continua, Alexander
desarrolla cuatro grandes niveles de análisis: colectivo-idealista, colectivo-materialista,
individual-idealista e individual-materialista. Auque el modelo general
desarrollado por Alexander es sorprendentemente similar al de Ritzer, aquél
otorga prioridad al nivel colectivo-idealista, mientras éste insiste en que debemos
ocuparnos de las relaciones dialécticas entre todos los niveles. Norbert
Wiley (1988) ha desarrollado otro enfoque afín en el que bosqueja cuatro niveles
de análisis semejantes: el selfo nivel individual, la interacción, la estructura
social, y la cultura. Pero mientras Ritzer y Alexander se fijan tanto en los niveles
objetivo como subjetivo, los de Wiley son puramente subjetivos. James Coleman
(1986) se concentró en el problema de la conexión desde lo micro a lo
macro, mientras AlIen Liska (1990) ha de-sarrollado el enfoque de Coleman
para analizar también el problema desde la conexión de 10 macro a lo micro.


Recientemente Coleman (1990) ha desarrollado su modelo micro-macro y una
teoría más elaborada de la relación micro-macro basada en el planteamiento de
la elección racional derivada de la economía.


Encontramos muchos otros esfuerzos relacionados con la integración micromacro.
Queda mucho trabajo por hacer en este área, que promete ser un importante
campo de estudio en la teoría sociológica estadounidense en el futuro.

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