martes, 11 de enero de 2011

Análisis dramatúrgico: la obra de Erving Goffman

 


A Erving Goffman (1922·1982) se le suele considerar el más grande pensador vinculado con la Escuela de Chicago original. Se doctoró por la Universidad de Chicago en 1953, un año después del traslado de Herbert Blumer (que había sido profesor de Goffman) de Chicago a Berkcley. Pronto Goffman se reunió
con Blumer en Berke1ey, donde juntos crearon algo así como un centro de intcraccionismo simbólico. Pero no llegaría a tener la importancia de Chicago.


El mejor momento de Blumer, por lo que se refiere a los influyentes cargos que había ocupado, había pasado ya, y Goffman no se convirtió en objeto de estudio de los estudi-antes licenciados. A partir de 1952 la suerte del interaccionismo simbólico disminuyó, aunque sigue siendo una teoría sociológica importante. Apesar de la decadencia del interaccionismo simbólico en general, Goffman se labró una posición sólida y distintiva en la teoría sociológica contemporánea. Entre los años cincuenta y setenta, Goffman publicó una serie de libros y ensayos que provocaron el nacimiento del análisis dramatúrgico como una variante del interaccionismo simbólico. Aunque los intereses de Goffman cambiaron al
final de su carrera, se le conoce principlamente por su teoría dramatúrgica. 
La exposición más famosa de la teoría dramatúrgica de Goffman se encuentra en su obra publicada en 1959, Presentation ofSeltin Everyday [La presentación de la persona en la vida cotidiana]. (Durante los quince años siguientes Goffman publicó varios libros y ensayos en los que desarrolló su perspectivadramatúrgica del mundo). Para decirlo en pocas palabras, Goffman pensaba que existían múltiples analogías entre las representaciones teatrales y el tipo de «actos» que todos realizamos durante la acción e interacción cotidianas. Consideraba que la interacción era sumamente frágil y que se mantenía por las representaciones sociales. La representación deficiente o desorganizada constituye una gran amenaza para la interacción social, del mismo modo que lo es para la representación teatral.

 
Goffman fue bastante lejos en su analogía entre el escenario y la interacción social. En toda interacción social existía una región anterior que equivalía al proscenio de la representación teatral. Los actores en el escenario y en la vida social se mostraban interesados en su apariencia, su vestimenta y el empleo de
accesorios. Pero tanto en el escenario como en la vida social existía también una región posterior, lugar al que los actores podían retirarse y en el que se preparaban para su representación. En las bambalinas, o entre bastidores, los actores podian desprenderse de sus papeles y ser ellos mismos.


El análisis dramatúrgico es, sin duda, coherente con sus raíces eB el interac cionismo simbólico. Se fija en los actores, la acción y la interacción. Al trabajar en la misma arena que el mteraccionismo simbólico, Goffamn consideró que el teatro constituía una metáfora brillante para arrojar luz sobre los procesos sociales
de escala reducida.
 

Hoy en día se lee y reconoce la obra de Goffman por su originalidad y su abundancia de ideas (R. Collins, 1986b; Ditton, 1980). Aunque en general se le considera un importante teórico, no todo el mundo lo cree así. Existen diversas razones que lo explican. Primera, se le ha acusado de centrarse en cuestiones
bastante esotéricas, en lugar de en los aspectos verdaderamente esenciales de la
vida social. Segunda, era un teórico micro en una época en que se admiraba a los teóricos macro. Como ha dicho Randall Collins, «Cuanto más analizamos esta obra [la de Goffman], más nos percatamos de que en Goffman se encama la principal figura de la microsociologfa de nuestro tiempo» (1981 e: 6). Tercera,
atrajo pocos estudiantes capaces de construir teóricamente a partir de sus princiPIOS; de hecho, algunos creian que era imposible construir sobre la obra de Goffman. Se la considera poco más que una serie de explosiones idiosincrásicas de ideas brillantes. Finalmente, se ha realizado escaso trabajo teórico dentro de
la tradición dramatúrgica (una excepción la constituyen Lyman y Scott [1970]).
 

La única área en la que la obra de Goffman ha resultado ser de utilidad es la investigación empitica que recurre a su enfoque dramatúrgico. Recientemente han aparecido algunos trabajos que se sirven de su enfoque, entre ellos los estudios de Snow, Zurcher y Peter (1984) sobre la celebración de la victoria por las
masas en los partidos de fútbol como representaciones dramatúrgicas, los análisis dramatúrgicos de Haas y Shaffir (1982) sobre la profesión médica, el de Zurcher (1985) sobre los Juegos bélicos y el estudio de Kitahara (1986) sobre los mecanismos dramatúrgicos que utilizó el comodoro Perry para abrir las puertas
de Occidente a Japón.
 
Es dificil predecir el futuro del análisis dramatúrgico, aunque su importancia ha disminuido debido a que Goffman terminó por dar a su trabajo una orientación estructural.
l.ífe

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